La noche de este martes, decenas de alameños han sido testigos de cómo el fuego ha ido consumiendo la Casona Eyheramendy y si bien se desconoce la causa del siniestro, según comentó el alcalde Pablo Vegas, solicitará a la Fiscalía que sea Labocar quien investigue y determine la causa e intencionalidad.
A un costado del monumento histórico nacional se encuentra el hogar de ancianos “Patricia Luengo”, desde donde 11 personas mayores fueron evacuada y trasladadas a la casa Parroquial, según informó el comandante de bomberos de Los Álamos a Conectatv.
Para combatir el incendio que está reduciendo a cenizas la Casona, aún trabajan en el lugar bomberos de Los Álamos, Lebu, Cañete, Curanilahue y Arauco.
Sobre el proyecto de restauración, en tanto, el jefe Comunal detalló que actualmente estaba siendo licitado por el MOP y “vamos a revisar nuevamente el proyecto y ver qué podemos hacer con esto que se perdió, ya que la intención era construir la biblioteca”.
La Casa Francesa o Casona Eyheramendy fue construida en 1868. En 1909, su primer dueño, Salvador Darmendrai, la vendió a Pedro Eyheramendy, cuyos herederos la donaron al Servicio Nacional de Salud, hasta ser transferido a título gratuito a la Municipalidad de Los Álamos en 1987. Por su ubicación, envergadura y lenguaje arquitectónico, además de estar fuertemente arraigada en la memoria colectiva de los habitantes de Los Álamos, el 23 de enero de 1997 se declaró Monumento Histórico Nacional.
Con esta denominación, bajo la administración de Jorge Fuentes comenzó el diseño de la restauración y el año pasado, bajo la administración de Pablo Vegas, se aprobó el financiamiento de la obra ($3 mil millones, que financió el Gobierno Regional y la SUBDERE a través de su Programa de Puesta en Valor del Patrimonio).
El edificio tenía estilo clásico con una imponente fachada de doble altura y volúmenes vidriados de inspiración victoriana con influencia de arquitectura porteña, construida totalmente en madera nativa chilena, roble, luma, raulí, entre otros. Sus artefactos, quincallería y papeles murales fueron traídos desde Francia, cumpliendo desde sus orígenes, además de un destino habitacional, funciones comerciales y sociales.
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