Las comunidades cristianas de la parroquia San Juan María Vianney de Los Álamos y de la capilla Jesús Obrero de Temuco Chico dieron vida, durante la tarde del 3 de mayo, a una de las fiestas religiosas más tradiciones del país: La Santa Cruz de Mayo.
El ritual, que se retomó el año pasado en Los Álamos y hace 4 años en Temuco Chico, permitió recaudar una buena cantidad de alimentos no perecibles, los cuales serán destinados a las familias más vulnerables y a la alimentación de las personas en situación de calle que llegan al albergue de la comuna.
Cabe indicar que la festividad, que permitió revivir esta tradición surgida en la época de la conquista española, contó con el apoyo de la Oficina de Patrimonio y Turismo del Municipio de Los Álamos. “Contento porque se rescatan, contento porque todavía hay gente interesada en mantener la tradición, pero también falta más apoyo, falta que la gente se mentalice y salga a la calle” concluyó Carin Azat.